martes, febrero 3

En tornagira y mirasol

-Aquiétame

(Le dije al mar un lunes de febrero como cualquiera)

Sal a mi encuentro como le vienes de rompientes a las caracolas giranderas
Mándale a mis dedos abandonar todos los dispositivos digitales
para que sólo puedan tocar tus brazos ondulados de girazul

(Se rió en giróndolas enormes, como rompiendo en giroscopios su infinito)

-Tú no quieres sostenerme en tu presencia, Girandolina Valeriana
Te conozco desde niña
Te vi alcanzarle los besos a tu abuelo allá en Arica
Adelantándote girondamente hasta el futuro
Tan apurona, mi Giramblina Valentona
No, tú no quieres sostenerme los brazos ondulantes de giroisol

(Callé mi rabia escondiéndole un sorbeteo de moco en girúsculo tan ruin
mientras sus olas verdolinas se mecían con mis crías agiroladas en su canción )

- Confiesa que me celas desde siempre y aquiétame
Ese hiposezno mío ya no viene a visitarme
y dicen las malas lenguas que, de tanto gira y gira,
tampoco el pulpo verdeazul revolverá su tacto entre mis senos ni un día más
¡Me los escondes porque sabes que los amo, Mar girébalo y agirándico!

(Se retira verde de musgo indiferente como quien se escapa de un enano giriscón y cosquilloso
y sigue ahí
en su enorme catre de gigante giréfilo
pero mudo como muerto en giro desfondado )

-No te duermas, Mar salado, no te duermas
Soy yo misma, tu Valengira Girandante
No te me escondas, te digo
Porque no se me aquietan con nada los dedos digitales de aguijón
… y la risa de mis niños me hiere de risas la infancia en tornagira y mirasol


Valentina, Isla Negra, lunes 2 de febrero de 2009

1 comentario:

néstor dijo...

Carajo, Vale, qué buen poema este. Los girosaires de Isla Negra han depositado su fuerza aquí.

Desde lejano bs as, un abrazo.