jueves, febrero 8

Despertar - Relato breve




No podía distinguir entre el sueño y la vigilia. Recuperó con tanta dificultad desde el piso 40 de la torre sin cimientos el diskman personal del hijo del administrador. Quería robarlo y no pudo encontrar una buena excusa para no haberlo devuelto a tiempo. Ni siquiera en sueños era capaz de urdir razonablemente una mentira. Qué representa en su vida ese muchacho. Flaco. Mantenido. Fracasado. Tal vez el único bien que le envidiaba era ser hijo de un hombre acomodado, sin deudas, sin patrón. Qué molesto personaje y qué molesto este inconciente que le esconde sus cimientos creadores. Ni dormida ni despierta tiene el control de sus pensamientos. Yo, yo profundo y alterego la fragmentan. No alcanza a conocer los patrones de uno cuando el otro mete su cola trastocándolo todo. Ahora sucede que su arcano no es Los amantes, sino El Diablo. Qué maldita renuncia a la libertad. Refugiarse en el sueño para descubrirse necesitada de un padre protector y un amante santo. Despertar para encontrarse con la misma cantinela repetida hasta la náusea. Ay. No es nausea. Es terror. Y culpa. No puede ni quiere agradecer su vida pero no tiene coraje para instalarse más allá del bien y del mal. Bestia repulsiva e informe que sostienes a tus hijos con cadenas ilusorias. Si no depende de mí, esto es condena. Si depende de mí, no sé por dónde. Determinación y fuga. Esa mañana decidió la locura.

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