Lo han decidido.
Serán amantes disimulados, inteligentes,
encubiertos, huidizos, inconfesados.
Sortearán el verdadero nombre de su estar
por el temor a sorprenderse entreverados.
Decidirán la duración imperturbable del desierto
y acallarán, insolventes, sus voces cobardemente adeudadas.
Soterrarán el resplandor de sus arpegios fusionados
por no admitir esta mutua y culpable incumbencia
que en este día les hiere tanto.
Abrirse paso desnudos, rotundos,
al son descubierto de esas palabras veladas
sería tener que arrancar el uno de la otra
en la fuga de lo hiriente.
¡Bufones perfectos!
Sin confesarlo, estos locos singulares,
buscarán retenerse un poco más, adulterándose.
Por no perderse, por apresarse,
sus lenguas postergarán, hipócritas, todos los signos de libertad.
Se condenarán, con mordazas de elocuencia reiterada,
al exilio deliberado de sus aspiraciones peligrosas.
Enmudecerán por perdurar fundidos .
Valentina, 16 de octubre de 2005
lunes, enero 30
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